Rescatar de la Memoria los Ríos, Presas y Túneles del Pueblo San Jerónimo Aculco Lídice: A Propósito de los Desbordamientos e Inundaciones del 19 de Julio de 2025
Manuel Martínez Salazar
Introducción
Tal vez muchas personas no se imaginan el territorio del Pueblo San
Jerónimo Aculco Lídice con ríos
presas, canales y túneles. Sus ríos son tributarios del Río Magdalena.
Uno de ellos es el Texcalatlaco, el que, por el norte, marca el límite de San
Jerónimo con la alcaldía Álvaro Obregón y que a la altura del Panteón de San Jerónimo cuenta con una presa que lleva el mismo nombre. Al sur, un tramo del Río San Jerónimo
le sirve de colindancia con las colonias San Jerónimo Aculco y San Francisco.
Hacia el interior del pueblo se encuentran los cauces de dos ríos; sobre uno de ellos una vez entubado se construyó parte del Callejón de las Cruces así como la calle “Río de la Escondida”, en tanto que el resto de su cauce se pierde entre las propiedades, y apenas se deduce la existencia por la huella de sus vados en las calles Lomas Quebradas, Lerdo de Tejada, Benito Juárez, Magnolia, Porfirio Díaz, Corregidora, Galeana, Asunción, Héroes de Padierna, Cuauhtémoc y Bravo. En el cruce con la Cerrada San Jerónimo este pequeño arroyó ya se sumó al cauce del Río de la Coyotera.
Todos esto ríos han sido entubados, excepto del Texcalatlaco que
permanece a cielo abierto, tal vez debido a la profundidad de su barranca. También una parte del Río San Jerónimo se mantiene a cielo abierto en el tramo comprendido entre la Casa Popular y la Avenida Contreras.
En ese territorio surcado por ríos, la tarde del sábado
19 de julio de este 2025 se experimentaron horas de angustia por la tormenta
que azotó gran parte del territorio de La Magdalena Contreras, y mucho de esa
enorme cantidad de agua de lluvia fluyó por el territorio del pueblo San
Jerónimo Aculco Lídice lo mismo a través de sus ríos entubados, así como por los tramos
a cielo abierto, y a lo largo de calles y avenidas, lo que causó diversas
afectaciones.
Afectaciones de la tormenta del 19 de julio de 2025
Esa tormenta provocó el desbordamiento del río que lleva el nombre del pueblo San Jerónimo, cuyas aguas afectaron dos plazas comerciales, lo mismo que las instalaciones de la Casa Popular. Otras colonias de la misma alcaldía también se vieron afectadas, como La Malinche, Cuauhtémoc, Lomas Quebradas, y Lomas de San Bernabé, dado que fueron insuficientes los cauces de los ríos la Coyotera o de Los Coyotes, y San Jerónimo o del Rosal, así como el de La Magdalena, en toda la región efecto a 87 inmuebles, 40 de ellos con daños muy graves y graves, así como pérdida de bienes muebles, parciales o tales, para 75 vecinos.[1]
Las redes sociales permitieron
conocer diversas imágenes y videos de la enorme cantidad de agua que no
pudieron contener los cauces a cielo abierto o entubados. Entre esas imágenes
sobresalen autos de diversos tamaños flotando en el entronque de la Calle
Héroes de Padierna, Luis Cabrera y la llamada Río Chico, así como en los
alrededores de la Glorieta de Luis Cabrera, o en el entronque de la Calle
Hortensia y La Palma, en la Colonia Lomas Quebradas.
Hacia el interior de San
Jerónimo, en el espacio abierto que ocupa la original Plaza Lídice, donde se
encuentra el rosedal erigido en memoria de los mártires del poblado checo está
uno de los mejores lugares donde se pudo observar la acumulación de agua y
hielo de granizo, ya que estuvo a poco de desbordarse el anfiteatro, lo que se
observa en la fotografía cortesía de Felipe Martínez Salazar. Esta imagen
revive el recuerdo de que allí se encontraba un gran pozo, en el que se
almacenaban aproximadamente 1 mil 115 metros cúbicos agua de riego, para que,
llegado el momento, se distribuyera para regar las huertas situadas a lo largo del
“caño de abajo.”
En otro rumbo de San Jerónimo, al
norponiente, en la colindancia con la Colonia La Malinche, sobre la calle Río
Amazonas, destaca el testimonio de una vecina que publica en redes sociales
como “Marii Roo”, ella trasmitió en vivo un vídeo en el que describe: “…miren
nada más como se desbordó la barranca otra vez … y si supieran el olor como
está, horrible, horrible, horrible...” al tiempo que describe, con la cámara
capta imágenes de autos y motocicletas que estaban siendo envueltas por el
desbordamiento de las pestilentes aguas negras.
De acuerdo con los datos que se dieron en el Gimnasio de la Casa Popular durante la conferencia de prensa de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, al día siguiente del fenómeno meteorológico, funcionarios de la Secretaría Obras y Servicios afirmaron que en el lapso de tiempo que duró la tormenta del día 19 de julio, alrededor de una hora, se precipitó el equivalente al 40 por ciento de lo que en promedio llueve en la zona durante todo el mes de julio.
Lo anterior significa que con dos
y media lluvias similares a la del día 19 de julio se completaría la cantidad
de agua que en promedio suele llover en la región durante los 31 días del mes.
Tal cantidad de lluvia no la pudieron contener los cauces de los ríos, tanto a
cielo abierto, como entubados, por esa razón el agua brotaba de coladeras, rejillas
y desbordaba los cauces a cielo abierto.
Los desbordamientos de esa tarde
del 19 de julio en gran medida ocurrieron por el entubamiento en algunas partes
de los cauces de los ríos. De igual manera los daños a las viviendas obedecen
generalmente a la construcción de inmuebles en zonas de riesgo, aledañas a esos
cauces, ya que al momento de construirse no tomaron en cuenta la historia
hidrológica de la región, la que se caracteriza por ser de abundantes lluvias,
y que año con año algunas de esas lluvias se salen de la regla general, como
las de ese día.
En un estudio[2]
del año 2014 que se hace del Río San Jerónimo se calcula que cada año, de julio
a septiembre, el promedio de la precipitación pluvial acumulada es de 250
milímetros, lo que significa que, de acuerdo a ese estudio, en una hora llovió una
cuarta parte de todo lo que llueve a lo largo de la temporada de lluvias.
Este estudio sobre el Río San
Jerónimo, en el que erróneamente también le llaman Anzaldo, se hizo para
calcular el volumen del caudal que podrá contener una obra hidráulica que
proteja la parte posterior de un inmueble localizado en la Av. San Jerónimo No.
1010, en el Pueblo San Jerónimo Aculco Lídice, así como para determinar qué
tipo de obra tiene el menor impacto en el entorno.
El tipo de estudios antes señalados son necesarios para evitar riesgos de desbordamientos e inundaciones, con base en ellos, así como en los registros históricos, se concluye que son contadas las ocasiones en las que las crecientes de los ríos hayan causado daños a las construcciones en San Jerónimo, salvo en los casos en los que se construyen viviendas muy cercanas a los cauces, haciendo caso omiso al historial del comportamiento de los cauces durante las lluvias regulares y extraordinarias.
Entre los informes que se tienen sobre
las crecientes de los ríos que cruzan el territorio del pueblo que hayan
causado daños, está el caso del río de la Coyotera, que era el principal
alimentador, y cauce para desfogar la “Presa Reventada”, la que debe su nombre
al hecho de que al menos en dos ocasiones la creciente rompió su cortina, sin
embargo, dado que no había viviendas en su entorno no hubo familias o personas
que hayan sufrido daños en sus personas y propiedades.
A pesar de lo anterior, sobre el Río
La Magdalena sí se tiene una historia de inundaciones debido a desbordamientos que
causaran daños, así lo narran Mora, V. T. y otros: 2024, p. 123[3].
En dicha obra se demuestra que la Presa de Anzaldo se construyó en 1934 con el
objetivo de ser un vaso regulador que aminorara las crecientes de ese río, así
como el de San Jerónimo y Texcalatlaco cuando ocurrieran lluvias
extraordinarias, lo que causaba inundaciones en las poblaciones de San Ángel y
Coyoacán.
La construcción de la Presa de
Anzaldo logró su cometido, lo mismo que otras obras hidráulicas que en esas
épocas se hicieron en el territorio del Pueblo de San Jerónimo, que incluyeron la
edificación de la Presa de Texcalatlaco, el intento por reconstruir la “Presa
Rota o Reventada”, así como la construcción de los dos túneles que comunican los cauces de los río San
Jerónimo, la Coyotera, y Texcalatlaco, cuya trayectoria se aproxima al trazo de
la calle Galeana, y que sirve para crear un sistema de tres grandes vasos
comunicantes, aprovechando la amplitud y profundidad natural de las barrancas
en esos puntos.
Túneles, presas de Anzaldo, Texcalatlaco, Presa Reventada, y el Canal de Anzaldo; forman parte del
sistema hidráulico que se construyó, en en esa época, en la cuenca del Río La Magdalena para resguardar a San Ángel, Chimalistac, Coyoacán y Copilco, de las inundaciones que ocurrían en la temporada de lluvias, .
Mediante el Canal de Anzaldo se desvió permanentemente el caudal del Río San Jerónimo hacia la presa, ya que durante las crecientes del Río San Jerónimo fluía un enorme caudal descendiente desde la Sierra de las Cruces sería capaz de provocar graves daños a las propiedades de los pueblos señalados, de modo que para evitar esas afectaciones sus aguas se reunieron en la Presa de Anzaldo con las del Río La Magdalena.
Inundación en las calles Hortensia
y La Palma
Cuatro de los puntos donde el 19
de julio de 2025 se registraron inundaciones tienen en común que se encuentran
sobre antiguos cauces de ríos, como se mostrará a continuación:
En el entronque de la Calle
Hortensia y La Palma, en la Colonia Lomas Quebradas, el agua “buscó” el cauce
de la “Barranca de La Coyotera” o de “Los Coyotes”, el cual fluye en diversos
tramos a través de un cauce entubado y, en otros, a cielo abierto.
Justo en ese entronque comienza
un tramo a cielo abierto de la Barranca de Los Coyotes que termina en la Av.
Luis Cabrera, en ese entronque confluyen las aguas que siguen la trayectoria
del río de poniente a oriente, así como la que descienden por la misma calle
Hortensia desde el norte y desde el sur, así como la que la calle La Palma,
paralelamente a la trayectoria del río.
Hacia ese punto también fluía el escurrimiento
que no tuvo cupo en el entubamiento de la barranca, sobre la cual, en su
momento, el gobierno de la delegación La Magdalena Contreras construyó el CACI
Hortensia, así como otras instalaciones.
El agua que allí se concentró tuvo
su salida natural en el mismo cauce del río, el que a partir de ese punto corre
a cielo abierto, por lo que el caudal aumentó de manera extraordinaria, por lo
que, resultaron afectadas las casas que están al margen de la Barranca de La
Coyotera, en los puntos más cercanos a nivel promedio caudal, de igual manera
resultaron dañados los autos que quedaron inmersos entre esas aguas, flotando
varios de ellos.
Desbordamiento en Río Amazonas
y la Presa Reventada
Río abajo, aproximadamente a un
kilómetro de distancia de este punto, se encuentra el Campo de Fútbol “La
Presa”, espacio deportivo que se construyó sobre lo que en otros tiempos fuera
el vaso de “La Presa Reventada” la que se alimentaba por el agua del “Río de
Los Coyotes”, esta presa dejó de ser un embalse hace cerca de 50 años, cuando
se construyó la Av. Luis Cabrera para destinarse a construir la cancha de
futbol, que se encuentra junto al Hospital Materno Infantil. Por más de tres
décadas[4]
esta cancha de futbol era un lodazal en temporada de lluvias, pues carecía de
drenaje, el que finalmente se introduce hace quince años.
Con la construcción del campo de
futbol ya no se tiene una cortina que regule el flujo del agua, lo que, aunado
a la gran cantidad de lluvia, provocaron que la tarde del 19 de julio de este
año las coladeras, en lugar de captar el agua, fueron una fuente que expulsaba el
agua excedente, por lo que la calle construida sobre lo que fuera un tramo del
cauce de la Barranca de “Los Coyotes” se convirtiera en un río a cielo abierto,
calle que irónicamente se llama “Río Amazonas”, la que se extiende entre el
campo “La Presa” y la calle Lomas Quebradas, cuyo caudal “buscaba” el siguiente
tramo del río a cielo abierto para verter sus aguas, pluviales y negras, que brotaban del alcantarillado.
Parece ser que quienes construyeron la calle, pero también quienes construyeron sus viviendas a ambos lados de la hondonada, jamás se preguntaron por qué la antigua presa llevaba el nombre de “Presa Reventada”. En ese desconocimiento de la geografía e historia local se oculta la explicación del por qué es constante el desbordamiento el río que corre por debajo de esa calle, y que aflora a través del alcantarillado.
Cabe recordar que en agosto de
1931[5]
fue la última vez que el torrente de una lluvia extraordinaria rompió la
cortina de la también llamada “Presa Rota”, ese suceso ocurrió durante la
temporada de lluvias de hace 94 años. Esa cortina fue construida por los
propios vecinos, y todo indica que no se reconstruyó conforme a las
especificaciones técnicas que recibieron, ni tampoco se aplicaron correctamente
los recursos, otorgados por la Secretaría de Agricultura y Fomento del gobierno
federal. De acuerdo a testimonios documentales, la Junta de Aguas del pueblo
tampoco aplicó correctamente los recursos económicos reunidos entre los vecinos
usuarios del agua de riego.
La cortina de esa “Presa Rota”,
de acuerdo a lo que se observa en las fotografías 6 y 7 que se resguardan en
los expedientes del Archivo Histórico del Agua, era un muro de mampostería
terciada, con su vertedero, el que iba de ladera a ladera de la hondonada de la
barranca, la que servía para almacenar agua, pero no para contener las avenidas
provocadas por lluvias fuera del rango promedio.
Daños causados por las aguas torrenciales a la mampostería terciada de la cortina de la “Presa Rota” durante la temporada de lluvias de 2031, de los cuales informó la Junta de Aguas del Pueblo el 2 de agosto de ese año.
No sería la última vez que se reconstruyó
la cortina de esa presa con intervención directa de los vecinos del Pueblo de
San Jerónimo Aculco, ya que por muy resistente que la construyeran, por sí sola
la tecnología que aplicaban no ofrecía la resistencia necesaria para almacenar la
gran cantidad de agua que podría fluir durante alguna tormenta que excediera el
volumen promedio.
En su lugar, en cambio, años más
tarde, se amplió el vaso de captación, se construyó un gran talud que daba
sustento a una nueva cortina y su compuerta, con ello los escurrimientos
torrenciales perderían fuerza de empuje, a la vez que aumentaba el volumen
de agua almacenada.
Hoy las aguas pluviales que
corren por la “Barranca La Coyotera” ya no tienen una presa y su cortina, pero
sí se conserva el talud, el agua ya no se estanca en el sitio, sino que
continúa su curso en un cauce entubado, el que termina justo al cruzar la calle
Ocotepec, para transitar a cielo abierto desde este punto hasta la calle
Magnolia, a la que cruza por debajo, a través de un entubamiento que a partir
de este punto continúa a lo largo del curso natural de la barranca y se suma al
cauce del Río Magdalena, también ya entubado, a la altura del Anillo Periférico
y la Av. San Jerónimo.
Ese entubamiento está calculado
para cierto volumen de agua, pero cuando se precipitan cantidades, como las de la
tarde del 19 de julio, entonces resulta insuficiente, por lo que inunda los
márgenes del entubamiento, ya que el agua brota por las coladeras, lo que en
repetidas ocasiones ha afectado a vecinos que tienen sus viviendas muy cerca
del fondo de la barranca.
Inundación y desbordamiento en
la Glorieta de Luis Cabrera o Glorieta de las Quinceañeras
Antes de que se construyera la “Avenida Luis Cabrera” a la elevación que recibe el nombre de “Glorieta de Luis Cabrera” se conocía como el “montecito”. También se conoce a ese espacio como “Glorieta de las Quinceañeras” debido a que el paisaje que tenía fue el escenario de sesiones fotográficas de las quinceañeras, sus chambelanes y sus padres. Esta elevación fue creada cuando se construyó el “Canal de Anzaldo”.
Esa elevación fue el punto de partida
del “Canal de Anzaldo”, en ese sitio se construyeron bordos y columnas de
concreto y mampostería para desviar las aguas de lluvias del Río San Jerónimo hacia
la “Presa de Anzaldo.” Los restos de esos muros y columnas quedaron sepultados
al entubarse el Río San Jerónimo y su cauce derivado, el “Canal de Anzaldo”, al
construirse la “Avenida Luis Cabrera”[6].
A una decena de metros del sitio
donde estaban esos muros y columnas se construyó un respiradero para el
entubamiento del río, que se encuentra en el camellón de la Avenida Luis
Cabrera, y constituye un desfogue por el que emanan grandes cantidades de aguas
negras y basura durante los grandes aguaceros que caen en la región, no fue la
excepción esa tarde del 19 de julio del 2025.
Por otra parte, los dos cuerpos
de esta vialidad presenten diferentes alturas desde la glorieta y hasta la
Avenida Contreras; resulta que es más elevado el cuerpo de carriles que se
dirigen hacia el periférico, ya que éstos tienen prácticamente la misma altura
con la que comienzan desde la glorieta, es por ello que también se inundan
estos carriles de Luis Cabrera desde la glorieta y hasta la calle de
Huachinango. Estas diferencias de altura alcanzan su máximo desnivel a la
altura de la Calle Héroes de Padierna, y se conservan desde que se construyó el
Canal de Anzaldo.
Esas diferencias de altura
obedecen a que el canal se construyó con muy poca pendiente hacia la Presa de Anzaldo.
Esa escasa inclinación se observa claramente en la fotografía de la época de su
construcción, es por ello que incluso se aprecia agua estancada. El propósito de ese canal era desviar las
aguas del Río San Jerónimo, pero también restarles fuerza.
La avenida Luis
Cabrera; Calle “Río Chico” y Calle Héroes de Padierna
Parece ironía pero, a pesar de
que se entubó gran parte del Río San Jerónimo para construir la Avenida Luis
Cabrera, los escurrimientos pluviales siguen el trazo del antiguo curso de dicho río, y continúan
recolectando el agua de lluvia que baja por las calles Juárez, Magnolia,
Porfirio Díaz, Galeana, Asunción, Héroes de Padierna, Cerrada San Jerónimo, Cuauhtémoc, Antonia y
Avenida Contreras, por el lado del pueblo; lo mismo que de las calles Zacate
Colorado, Tamuín, Pachuca, Naranjos, Veracruz, Potrero, Tamiahua, Tuxpán, Jalapa y
Huachinango, del lado de la colonia San
Jerónimo Aculco.
Una parte de esas aguas se van
por las alcantarillas hacia el cauce entubado, sin embargo, otra parte, sigue
fluyendo sobre el arroyo vehicular, como si se tratara de un segundo piso del
río, compitiendo por el espacio con los autos, los que transitan a contracorriente,
como los salmones, venciendo a un escurrimiento fluvial.
Siguiendo río abajo, una vez que
pasan por lado norte de la “Glorieta de las Quinceañeras”, estos escurrimientos
siguen el curso que originalmente tenía el Río San Jerónimo, sobre una pequeña calle
que las autoridades mal llamaron “Río Chico”[7],
hasta que llegan el entronque con la Calle Héroes de Padierna, en ese sitio una
parte del flujo se infiltra en cauce entubado a través de una “boca de
tormenta”, la que es insuficiente para la cantidad de agua de lluvia que
escurre, ya que en este entronque también confluyen los escurrimientos que
descienden sobre la Calle Héroes de Padierna desde la Av. San Jerónimo.
Esta situación se agudiza cuando
llueve como ese 19 de julio, ya que a ese entronque de Héroes de Padierna y la
calle “Río Chico” también llegan las aguas que fluyen por los carriles lados
sur de la Avenida Luis Cabrera rumbo al Periférico, pero que “se regresan” en
el retorno del bajo puente que está frente a la entrada principal de la Casa
Popular, muy cerca del entronque con la Avenida Contreras. Aunado a lo
anterior, el gobierno de La Magdalena Contreras construyó una bodega del
servicio de limpia, haciendo uso del espacio generado con el entubamiento del Río San Jerónimo hasta la parte posterior de la Casa Popular. Esa edificación y el entubamiento también constituyen una barrera que impide el libre paso para la gran cantidad de agua que allí se concentra.
Este es el origen de la gran
parte del agua que se acumuló frente a la Plaza Hidalgo, al grado tal que hubo
carros que flotaron, mientras que otra parte del agua acumulada se introdujo a
los estacionamientos de las plazas comerciales “Las Palmas” y “Lídice”, en
tanto que otro bloque siguió el curso del río entubado, y se introdujo a la
Casa Popular por la parte trasera que colinda precisamente con el “Río San
Jerónimo”, alías “Río Chico”.
La Casa Popular resultó muy
dañada durante la tormenta del día 19 de julio, la enorme cantidad de agua de
lluvia se metió tanto por la parte posterior, como por su acceso principal en
la esquina de las avenidas Contreras y Luis Cabrera. Algunos videos mostraban
como gran cantidad de los escurrimientos bajaban las escalinatas, siguiendo la
pendiente natural del terreno, dirigiéndose en todas direcciones buscando el
cauce del “Río San Jerónimo”, por lo que tanto la alberca, como las canchas de
futbol resultaron muy afectadas.
La Desaparecida Represa de la Joya
Por otra parte, con la
construcción de la Avenida Luis Cabrera también se borró toda huella de otra
pequeña represa que había sobre en el cauce del “Río San Jerónimo”, la que estaba
aproximadamente a trescientos metros río arriba del espacio que hoy ocupa la
glorieta de las quinceañeras.
Esa represa se ubicaba en el
paraje conocido por los nativos de San Jerónimo como “La Joya”, esa
construcción hoy estaría a la altura de los inmuebles situados en los números
204 y 207 de la citada avenida. Aún permanece la huella del relieve natural que
definió el sitio ideal para la construcción de esa represa, ya que es notorio
el abrupto cambio de la pendiente de esa vialidad.
La pequeña presa tenía un talud
construido de mampostería, de un poco más de una decena de metros de alto, que
iba de lado a lado de la barranca, esa construcción permitía almacenar cierto
volumen de agua, pero su principal función era amansar las aguas broncas que en
la temporada de lluvias bajaban por el Río San Jerónimo que, hay que recordar,
es la continuación de la Barranca del Rosal que se origina en la Sierra de las
Cruces.[8]
El Agua Siempre Reconoce su Cauce, a Manera de Conclusión
Los aguaceros extraordinarios generan escurrimientos tales que tienen la fuerza para arrastrar consigo autos, basura de todo tipo, hasta la cortina de presas, llevando consigo basura de todo tipo, pero lo lamentable es que se llevan hasta personas. Esto me trae a la memoria un hecho trágico del qué, sin mayor detalle, a groso modo, lo recuerdo así:
Un día, en plena temporada de lluvias, el aguacero sorprendió a unos niños, quienes se refugiaron en el bajo puente de la vía de ferrocarril, a la orilla del Río San Jerónimo. Esa fue su trampa mortal; no terminaba la lluvia cuando a esos niños los sorprendió una desbocada avenida fluvial, la que sin freno alguno venía de río arriba que los arrastró consigo.
A la mañana del siguiente día muchas personas voluntarias se dieron a la tarea de buscar sus cuerpos, para ello se revisaba el río, el Canal, y hasta de la Presa de Anzaldo. Recuerdo que en la presa sobresalían "los hombres rana", buzos rescatistas de la desparecida Cruz Verde que participaban en la búsqueda.
No recuerdo el año exacto de ese lamentable suceso, pudo haber sido entre 1965 y 1967, tampoco recuerdo si o hubo sobrevivientes o no, la cosa es que la curiosidad de mi padre y la mía nos llevó a recorrer el río, el canal y llegar a la Presa de Anzaldo.
Sobre este mismo hecho, el 17 de diciembre de 2023, en una publicación de Facebook en la cuenta "Magdalena Contreras Historia e Imagen", dan el testimonio de Arturo Núñez, él afirma que 4 de sus amigos fueron los que fallecieron en esa ocasión, él señala que sólo salvó su vida uno de nombre Manuel, quien se sujeto de unos matorrales, tal vez haya sido de la jarilla que abundaba a la orilla del cauce; el sitúa esos lamentables hechos en septiembre de 1963, sin embargo no lo creo así, yo no estaba tan pequeño cuando eso ocurrió.
Conocer el relieve y, la
hidrografía del pasado de los lugares hoy urbanizados, es necesario para
entender cómo, dónde y por qué se concentran o se desplazan los escurrimientos
pluviales, sobre todo cuando en lugar de infiltrarse salen por el
alcantarillado, los respiraderos y bocas de tormenta, causando grandes
afectaciones a la infraestructura y equipamientos públicos, lo mismo que a las
propiedades particulares.
De igual manera, aunque le
cambien de nombre a los ríos, arroyos y barrancas, el agua siempre fluirá hacía
las partes más bajas y, de no encontrar una barrera que las estanque, como la
bodega del servicio de limpia, estos escurrimientos continuarán su camino hasta
llegar a su destino final.
No obstante lo anterior, las
autoridades responsables de la nomenclatura bien harían en darle el nombre original, el que les corresponde, a las calles “Río Chico” y “Río Amazonas” por “Río San Jerónimo” y “Barranca de
la Coyotera”, respectivamente, con ello se rescataría para la memoria colectiva
el hecho de que esas vialidades están construidas sobre tramos de barrancas, lo mismo que edificaciones, incluso construido por la autoridad local.
Notas:
[2] “Manifestación de Impacto Ambiental en su Modalidad Particular Para el Proyecto “Encauzamiento del Río Anzaldo”, San Jerónimo 1010” en la Delegación La Magdalena Contreras del Distrito Federal
[3] "San Jerónimo Aculco Lídice, Testimonios, Identidad y Memoria Colectiva de un Pueblo Originario de la Ciudad de México”, INAH, 2024, México.
[4] El drenaje del “Campo La Presa” se inauguró en octubre de 2010. https://infoanahuac.blogspot.com/2010/10/contreras-reinaguran-campo-de-futbol-la.html
[5] "San Jerónimo Aculco Lídice, Testimonios, Identidad y Memoria Colectiva de un Pueblo Originario de la Ciudad de México” op. cit., pág. 81.
[6] El primer nombre de esa vialidad fue “Paseo de La Magdalena”
[7] Pequeña vialidad que tiene un aproximado de 60 metros de longitud que debiera llamarse “Río San Jerónimo”, ya que se encuentra justo sobre un tramo entubado del cauce de este río. El nombre “Río Chico” fue impuesto desde el escritorio, y sin una búsqueda de datos históricos, de otra manera se hubieran percatado que, a menos de un kilómetro, dentro del mismo territorio del pueblo, nace otra vialidad llamada “Río Chico”, cuyo origen de su nombre está ligado a la barranca de “La Coyotera”, ya que corre sobre una parte del cauce entubado de este río. Actualmente sirve de límite entre el Pueblo San Jerónimo Aculco Lídice y la Unidad Independencia.
[8] El 21 de diciembre de 2011, en el No. 2150 de la Gaceta Oficial del Distrito Federal, se le da el nombre de “Barranca de Anzaldo” a lo que en el siglo pasado se denominó Barranca de El Rosal y su continuación el Río San Jerónimo. Quizá con base en dicha publicación, vecinos del Pueblo San Bernabé Ocotepec también le denominan “Barranca de Anzaldo” a este mismo cause (Periódico La Jornada, 19 de julio de 2024, p. 32). De igual manera, posterior a 2013, en la “Manifestación de Impacto Ambiental en su Modalidad Particular Para el Proyecto “Encauzamiento del Río Anzaldo, San Jerónimo 1010” en la Delegación La Magdalena Contreras del Distrito Federal” se denomina Río Anzaldo al Río San Jerónimo. El Río Anzaldo, señalan expresamente en la página 1, también conocido como San Jerónimo.
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