Rescatar de la Memoria los Ríos, Presas y Túneles del Pueblo San Jerónimo Aculco Lídice: A Propósito de los Desbordamientos e Inundaciones del 19 de Julio de 2025

Manuel Martínez Salazar

Introducción

Tal vez muchas personas no se imaginan el territorio del Pueblo San Jerónimo Aculco Lídice con ríos presas, canales y túneles. Sus ríos son tributarios del Río Magdalena. Uno de ellos es el Texcalatlaco, el que, por el norte, marca el límite de San Jerónimo con la alcaldía Álvaro Obregón y que a la altura del Panteón de San Jerónimo cuenta con una presa que lleva el mismo nombre. Al sur, un tramo del Río San Jerónimo le sirve de colindancia con las colonias San Jerónimo Aculco y San Francisco.

Hacia el interior del pueblo se encuentran los cauces de dos ríos; sobre uno de ellos una vez entubado se construyó parte del Callejón de las Cruces así como la calle “Río de la Escondida”, en tanto que el resto de su cauce se pierde entre las propiedades, y apenas se deduce la existencia por la huella de sus vados en las calles Lomas Quebradas, Lerdo de Tejada, Benito Juárez, Magnolia, Porfirio Díaz, Corregidora, Galeana, Asunción, Héroes de Padierna, Cuauhtémoc y Bravo. En el cruce con la Cerrada San Jerónimo este pequeño arroyó ya se sumó al cauce del Río de la Coyotera. 

Todos esto ríos han sido entubados, excepto del Texcalatlaco que permanece a cielo abierto, tal vez debido a la profundidad de su barranca. También una parte del Río San Jerónimo se mantiene a cielo abierto en el tramo comprendido entre la Casa Popular y la Avenida Contreras.

En ese territorio surcado por ríos, la tarde del sábado 19 de julio de este 2025 se experimentaron horas de angustia por la tormenta que azotó gran parte del territorio de La Magdalena Contreras, y mucho de esa enorme cantidad de agua de lluvia fluyó por el territorio del pueblo San Jerónimo Aculco Lídice lo mismo a través de sus ríos entubados, así como por los tramos a cielo abierto, y a lo largo de calles y avenidas, lo que causó diversas afectaciones.

Afectaciones de la tormenta del 19 de julio de 2025

Esa tormenta provocó el desbordamiento del río que lleva el nombre del pueblo San Jerónimo, cuyas aguas afectaron dos plazas comerciales, lo mismo que las instalaciones de la Casa Popular. Otras colonias de la misma alcaldía también se vieron afectadas, como La Malinche, Cuauhtémoc, Lomas Quebradas, y Lomas de San Bernabé, dado que fueron insuficientes los cauces de los ríos la Coyotera o de Los Coyotes, y San Jerónimo o del Rosal, así como el de La Magdalena, en toda la región efecto a 87 inmuebles, 40 de ellos con daños muy graves y graves, así como pérdida de bienes muebles, parciales o tales, para 75 vecinos.[1] 

Las redes sociales permitieron conocer diversas imágenes y videos de la enorme cantidad de agua que no pudieron contener los cauces a cielo abierto o entubados. Entre esas imágenes sobresalen autos de diversos tamaños flotando en el entronque de la Calle Héroes de Padierna, Luis Cabrera y la llamada Río Chico, así como en los alrededores de la Glorieta de Luis Cabrera, o en el entronque de la Calle Hortensia y La Palma, en la Colonia Lomas Quebradas.

También llamaron mucho la atención las imágenes las aguas que inundaron los estacionamientos subterráneos de las Plazas las Palmas y la Plaza Lídice que se encuentran en la calle Héroes de Padierna y Luis Cabrera, a un costado de la Lechería y la Casa Popular de La Magdalena Contreras. 

Queda el recuerdo de la imagen de la fila de autos varados en el puente de Luis Cabrera, provenientes del Periférico, que no pudieron bajar por la cantidad de agua acumulada en el arroyo vehicular, las televisoras mostraron videos de autos sin moverse en la lateral del Anillo Periférico, frente al Centro Comercial San Jerónimo, así como la gran cantidad de agua que brotaba del sistema de alcantarillado. También circularon imágenes de como el agua de lluvia invadía y dañaba diversos espacios de la Casa Popular, como la alberca, o la cancha de futbol.

Hacia el interior de San Jerónimo, en el espacio abierto que ocupa la original Plaza Lídice, donde se encuentra el rosedal erigido en memoria de los mártires del poblado checo está uno de los mejores lugares donde se pudo observar la acumulación de agua y hielo de granizo, ya que estuvo a poco de desbordarse el anfiteatro, lo que se observa en la fotografía cortesía de Felipe Martínez Salazar. Esta imagen revive el recuerdo de que allí se encontraba un gran pozo, en el que se almacenaban aproximadamente 1 mil 115 metros cúbicos agua de riego, para que, llegado el momento, se distribuyera para regar las huertas situadas a lo largo del “caño de abajo.”


Fotografía cortesía de Felipe Martínez Salazar. Acumulación de granizo en la Plaza Lídice que se localiza en la esquina de Corregidora y Magnolia. Esta Plaza se construyó sobre lo que fue un tanque de almacenamiento de agua de riego del “caño de abajo

En otro rumbo de San Jerónimo, al norponiente, en la colindancia con la Colonia La Malinche, sobre la calle Río Amazonas, destaca el testimonio de una vecina que publica en redes sociales como “Marii Roo”, ella trasmitió en vivo un vídeo en el que describe: “…miren nada más como se desbordó la barranca otra vez … y si supieran el olor como está, horrible, horrible, horrible...” al tiempo que describe, con la cámara capta imágenes de autos y motocicletas que estaban siendo envueltas por el desbordamiento de las pestilentes aguas negras.

No era para menos, resulta que en tan sólo 60 minutos aproximadamente, de la tarde del pasado 19 de julio de 2025, llovió el equivalente a una lámina de agua de 6 centímetros de espesor por cada 
metro cuadrado de terreno, la que multiplicada por la superficie de la región permite advertir el enorme volumen de la precipitación.

De acuerdo con los datos que se dieron en el Gimnasio de la Casa Popular durante la conferencia de prensa de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, al día siguiente del fenómeno meteorológico, funcionarios de la Secretaría Obras y Servicios afirmaron que en el lapso de tiempo que duró la tormenta del día 19 de julio, alrededor de una hora, se precipitó el equivalente al 40 por ciento de lo que en promedio llueve en la zona durante todo el mes de julio.

Lo anterior significa que con dos y media lluvias similares a la del día 19 de julio se completaría la cantidad de agua que en promedio suele llover en la región durante los 31 días del mes. Tal cantidad de lluvia no la pudieron contener los cauces de los ríos, tanto a cielo abierto, como entubados, por esa razón el agua brotaba de coladeras, rejillas y desbordaba los cauces a cielo abierto.

Los desbordamientos de esa tarde del 19 de julio en gran medida ocurrieron por el entubamiento en algunas partes de los cauces de los ríos. De igual manera los daños a las viviendas obedecen generalmente a la construcción de inmuebles en zonas de riesgo, aledañas a esos cauces, ya que al momento de construirse no tomaron en cuenta la historia hidrológica de la región, la que se caracteriza por ser de abundantes lluvias, y que año con año algunas de esas lluvias se salen de la regla general, como las de ese día.

En un estudio[2] del año 2014 que se hace del Río San Jerónimo se calcula que cada año, de julio a septiembre, el promedio de la precipitación pluvial acumulada es de 250 milímetros, lo que significa que, de acuerdo a ese estudio, en una hora llovió una cuarta parte de todo lo que llueve a lo largo de la temporada de lluvias.

Este estudio sobre el Río San Jerónimo, en el que erróneamente también le llaman Anzaldo, se hizo para calcular el volumen del caudal que podrá contener una obra hidráulica que proteja la parte posterior de un inmueble localizado en la Av. San Jerónimo No. 1010, en el Pueblo San Jerónimo Aculco Lídice, así como para determinar qué tipo de obra tiene el menor impacto en el entorno.

 El Sistema Hidráulico de San Jerónimo Aculco Lídice y la Región

El tipo de estudios antes señalados son necesarios para evitar riesgos de desbordamientos e inundaciones, con base en ellos, así como en los registros históricos, se concluye que son contadas las ocasiones en las que las crecientes de los ríos hayan causado daños a las construcciones en San Jerónimo, salvo en los casos en los que se construyen viviendas muy cercanas a los cauces, haciendo caso omiso al historial del comportamiento de los cauces durante las lluvias regulares y extraordinarias.

Entre los informes que se tienen sobre las crecientes de los ríos que cruzan el territorio del pueblo que hayan causado daños, está el caso del río de la Coyotera, que era el principal alimentador, y cauce para desfogar la “Presa Reventada”, la que debe su nombre al hecho de que al menos en dos ocasiones la creciente rompió su cortina, sin embargo, dado que no había viviendas en su entorno no hubo familias o personas que hayan sufrido daños en sus personas y propiedades.

A pesar de lo anterior, sobre el Río La Magdalena sí se tiene una historia de inundaciones debido a desbordamientos que causaran daños, así lo narran Mora, V. T. y otros: 2024, p. 123[3]. En dicha obra se demuestra que la Presa de Anzaldo se construyó en 1934 con el objetivo de ser un vaso regulador que aminorara las crecientes de ese río, así como el de San Jerónimo y Texcalatlaco cuando ocurrieran lluvias extraordinarias, lo que causaba inundaciones en las poblaciones de San Ángel y Coyoacán.

Presa de Anzaldo a 41 años de haberse construido, del lado de derecho se observan completas tres de las columnas en construcción para sostener el puente de Luis Cabrera sobre el Periférico, también se observa el avance de la incorporación de esta vialidad hacia el periférico norte. Fuente: CONAGUA. Archivo Histórico y Biblioteca Central del Agua.

La construcción de la Presa de Anzaldo logró su cometido, lo mismo que otras obras hidráulicas que en esas épocas se hicieron en el territorio del Pueblo de San Jerónimo, que incluyeron la edificación de la Presa de Texcalatlaco, el intento por reconstruir la “Presa Rota o Reventada”, así como la construcción de los dos túneles que comunican los cauces de los río San Jerónimo, la Coyotera, y Texcalatlaco, cuya trayectoria se aproxima al trazo de la calle Galeana, y que sirve para crear un sistema de tres grandes vasos comunicantes, aprovechando la amplitud y profundidad natural de las barrancas en esos puntos.

Túneles, presas de Anzaldo, Texcalatlaco, Presa Reventada, y el Canal de Anzaldo; forman parte del sistema hidráulico que se construyó, en en esa época, en la cuenca del Río La Magdalena para resguardar a San Ángel, Chimalistac, Coyoacán y Copilco, de las inundaciones que ocurrían en la temporada de lluvias, .

Mediante el Canal de Anzaldo se desvió permanentemente el caudal del Río San Jerónimo hacia la presa, ya que durante las crecientes del Río San Jerónimo fluía un enorme caudal descendiente desde la Sierra de las Cruces sería capaz de provocar graves daños a las propiedades de los pueblos señalados, de modo que para evitar esas afectaciones sus aguas se reunieron en la Presa de Anzaldo con las del Río La Magdalena.

Inundación en las calles Hortensia y La Palma

Cuatro de los puntos donde el 19 de julio de 2025 se registraron inundaciones tienen en común que se encuentran sobre antiguos cauces de ríos, como se mostrará a continuación:

En el entronque de la Calle Hortensia y La Palma, en la Colonia Lomas Quebradas, el agua “buscó” el cauce de la “Barranca de La Coyotera” o de “Los Coyotes”, el cual fluye en diversos tramos a través de un cauce entubado y, en otros, a cielo abierto. 

Justo en ese entronque comienza un tramo a cielo abierto de la Barranca de Los Coyotes que termina en la Av. Luis Cabrera, en ese entronque confluyen las aguas que siguen la trayectoria del río de poniente a oriente, así como la que descienden por la misma calle Hortensia desde el norte y desde el sur, así como la que la calle La Palma, paralelamente a la trayectoria del río.

Hacia ese punto también fluía el escurrimiento que no tuvo cupo en el entubamiento de la barranca, sobre la cual, en su momento, el gobierno de la delegación La Magdalena Contreras construyó el CACI Hortensia, así como otras instalaciones.

El agua que allí se concentró tuvo su salida natural en el mismo cauce del río, el que a partir de ese punto corre a cielo abierto, por lo que el caudal aumentó de manera extraordinaria, por lo que, resultaron afectadas las casas que están al margen de la Barranca de La Coyotera, en los puntos más cercanos a nivel promedio caudal, de igual manera resultaron dañados los autos que quedaron inmersos entre esas aguas, flotando varios de ellos.

Desbordamiento en Río Amazonas y la Presa Reventada

Río abajo, aproximadamente a un kilómetro de distancia de este punto, se encuentra el Campo de Fútbol “La Presa”, espacio deportivo que se construyó sobre lo que en otros tiempos fuera el vaso de “La Presa Reventada” la que se alimentaba por el agua del “Río de Los Coyotes”, esta presa dejó de ser un embalse hace cerca de 50 años, cuando se construyó la Av. Luis Cabrera para destinarse a construir la cancha de futbol, que se encuentra junto al Hospital Materno Infantil. Por más de tres décadas[4] esta cancha de futbol era un lodazal en temporada de lluvias, pues carecía de drenaje, el que finalmente se introduce hace quince años.

Con la construcción del campo de futbol ya no se tiene una cortina que regule el flujo del agua, lo que, aunado a la gran cantidad de lluvia, provocaron que la tarde del 19 de julio de este año las coladeras, en lugar de captar el agua, fueron una fuente que expulsaba el agua excedente, por lo que la calle construida sobre lo que fuera un tramo del cauce de la Barranca de “Los Coyotes” se convirtiera en un río a cielo abierto, calle que irónicamente se llama “Río Amazonas”, la que se extiende entre el campo “La Presa” y la calle Lomas Quebradas, cuyo caudal “buscaba” el siguiente tramo del río a cielo abierto para verter sus aguas, pluviales y negras,  que brotaban del alcantarillado.

Parece ser que quienes construyeron la calle, pero también quienes construyeron sus viviendas a ambos lados de la hondonada, jamás se preguntaron por qué la antigua presa llevaba el nombre de “Presa Reventada”. En ese desconocimiento de la geografía e historia local se oculta la explicación del por qué es constante el desbordamiento el río que corre por debajo de esa calle, y que aflora a través del alcantarillado.

Cabe recordar que en agosto de 1931[5] fue la última vez que el torrente de una lluvia extraordinaria rompió la cortina de la también llamada “Presa Rota”, ese suceso ocurrió durante la temporada de lluvias de hace 94 años. Esa cortina fue construida por los propios vecinos, y todo indica que no se reconstruyó conforme a las especificaciones técnicas que recibieron, ni tampoco se aplicaron correctamente los recursos, otorgados por la Secretaría de Agricultura y Fomento del gobierno federal. De acuerdo a testimonios documentales, la Junta de Aguas del pueblo tampoco aplicó correctamente los recursos económicos reunidos entre los vecinos usuarios del agua de riego.

La cortina de esa “Presa Rota”, de acuerdo a lo que se observa en las fotografías 6 y 7 que se resguardan en los expedientes del Archivo Histórico del Agua, era un muro de mampostería terciada, con su vertedero, el que iba de ladera a ladera de la hondonada de la barranca, la que servía para almacenar agua, pero no para contener las avenidas provocadas por lluvias fuera del rango promedio.

Dos personas aparentemente realizan un levantamiento topográfico en la “Presa Rota” antes de que sucumbiera ante el embate de una de las fuertes lluvias de la temporada de 1931


Daños causados por las aguas torrenciales a la mampostería terciada de la cortina de la “Presa Rota” durante la temporada de lluvias de 2031, de los cuales informó la Junta de Aguas del Pueblo el 2 de agosto de ese año.

No sería la última vez que se reconstruyó la cortina de esa presa con intervención directa de los vecinos del Pueblo de San Jerónimo Aculco, ya que por muy resistente que la construyeran, por sí sola la tecnología que aplicaban no ofrecía la resistencia necesaria para almacenar la gran cantidad de agua que podría fluir durante alguna tormenta que excediera el volumen promedio.

En su lugar, en cambio, años más tarde, se amplió el vaso de captación, se construyó un gran talud que daba sustento a una nueva cortina y su compuerta, con ello los escurrimientos torrenciales perderían fuerza de empuje, a la vez que aumentaba el volumen de agua almacenada.

La Presa Reventada en 1967. Al fondo se observan algunas casas situadas sobre lo que hoy es la Cerrada Presa Reventada. En el tercer plano de la foto derecha destacan las dos elevaciones de un despoblado Cerro del Judío. Fotografía de Porfirio Martínez González, quien posa junto a su hijo, autor del presente texto.

Hoy las aguas pluviales que corren por la “Barranca La Coyotera” ya no tienen una presa y su cortina, pero sí se conserva el talud, el agua ya no se estanca en el sitio, sino que continúa su curso en un cauce entubado, el que termina justo al cruzar la calle Ocotepec, para transitar a cielo abierto desde este punto hasta la calle Magnolia, a la que cruza por debajo, a través de un entubamiento que a partir de este punto continúa a lo largo del curso natural de la barranca y se suma al cauce del Río Magdalena, también ya entubado, a la altura del Anillo Periférico y la Av. San Jerónimo.

Ese entubamiento está calculado para cierto volumen de agua, pero cuando se precipitan cantidades, como las de la tarde del 19 de julio, entonces resulta insuficiente, por lo que inunda los márgenes del entubamiento, ya que el agua brota por las coladeras, lo que en repetidas ocasiones ha afectado a vecinos que tienen sus viviendas muy cerca del fondo de la barranca.

Inundación y desbordamiento en la Glorieta de Luis Cabrera o Glorieta de las Quinceañeras

Antes de que se construyera la “Avenida Luis Cabrera” a la elevación que recibe el nombre de “Glorieta de Luis Cabrera” se conocía como el “montecito”. También se conoce a ese espacio como “Glorieta de las Quinceañeras” debido a que el paisaje que tenía fue el escenario de sesiones fotográficas de las quinceañeras, sus chambelanes y sus padres. Esta elevación fue creada cuando se construyó el “Canal de Anzaldo”.

Esa elevación fue el punto de partida del “Canal de Anzaldo”, en ese sitio se construyeron bordos y columnas de concreto y mampostería para desviar las aguas de lluvias del Río San Jerónimo hacia la “Presa de Anzaldo.” Los restos de esos muros y columnas quedaron sepultados al entubarse el Río San Jerónimo y su cauce derivado, el “Canal de Anzaldo”, al construirse la “Avenida Luis Cabrera”[6].


Canal de Anzaldo durante su construcción en 1933, en primer plano, a la izquierda, se observa la base de un montículo, el que con la construcción de la Av. Luis Cabrera, 40 años después, se llegaría a conocer como “Glorieta de las Quinceañeras”, al fondo la Loma de Padierna y en el último plano la Sierra de las Cruces. En el libro Ciudad de México. Crónica de sus Delegaciones, Gobierno del Distrito Federal, 2007. p. 185, se le llama "Canal de San Jerónimo", fotografía del Archivo Histórico de la Dirección General de Servicios Técnicos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

A una decena de metros del sitio donde estaban esos muros y columnas se construyó un respiradero para el entubamiento del río, que se encuentra en el camellón de la Avenida Luis Cabrera, y constituye un desfogue por el que emanan grandes cantidades de aguas negras y basura durante los grandes aguaceros que caen en la región, no fue la excepción esa tarde del 19 de julio del 2025.

Por otra parte, los dos cuerpos de esta vialidad presenten diferentes alturas desde la glorieta y hasta la Avenida Contreras; resulta que es más elevado el cuerpo de carriles que se dirigen hacia el periférico, ya que éstos tienen prácticamente la misma altura con la que comienzan desde la glorieta, es por ello que también se inundan estos carriles de Luis Cabrera desde la glorieta y hasta la calle de Huachinango. Estas diferencias de altura alcanzan su máximo desnivel a la altura de la Calle Héroes de Padierna, y se conservan desde que se construyó el Canal de Anzaldo.

Esas diferencias de altura obedecen a que el canal se construyó con muy poca pendiente hacia la Presa de Anzaldo. Esa escasa inclinación se observa claramente en la fotografía de la época de su construcción, es por ello que incluso se aprecia agua estancada.  El propósito de ese canal era desviar las aguas del Río San Jerónimo, pero también restarles fuerza.

La avenida Luis Cabrera; Calle “Río Chico” y Calle Héroes de Padierna

Parece ironía pero, a pesar de que se entubó gran parte del Río San Jerónimo para construir la Avenida Luis Cabrera, los escurrimientos pluviales siguen el trazo del antiguo curso de dicho río, y continúan recolectando el agua de lluvia que baja por las calles Juárez, Magnolia, Porfirio Díaz, Galeana, Asunción, Héroes de Padierna, Cerrada San Jerónimo, Cuauhtémoc, Antonia y Avenida Contreras, por el lado del pueblo; lo mismo que de las calles Zacate Colorado, Tamuín, Pachuca, Naranjos,  Veracruz, Potrero, Tamiahua, Tuxpán, Jalapa y Huachinango, del  lado de la colonia San Jerónimo Aculco.

Una parte de esas aguas se van por las alcantarillas hacia el cauce entubado, sin embargo, otra parte, sigue fluyendo sobre el arroyo vehicular, como si se tratara de un segundo piso del río, compitiendo por el espacio con los autos, los que transitan a contracorriente, como los salmones, venciendo a un escurrimiento fluvial.

Siguiendo río abajo, una vez que pasan por lado norte de la “Glorieta de las Quinceañeras”, estos escurrimientos siguen el curso que originalmente tenía el Río San Jerónimo, sobre una pequeña calle que las autoridades mal llamaron “Río Chico”[7], hasta que llegan el entronque con la Calle Héroes de Padierna, en ese sitio una parte del flujo se infiltra en cauce entubado a través de una “boca de tormenta”, la que es insuficiente para la cantidad de agua de lluvia que escurre, ya que en este entronque también confluyen los escurrimientos que descienden sobre la Calle Héroes de Padierna desde la Av. San Jerónimo.

Cauce del Río San Jerónimo remarcado de color azul sobre fotografía aérea de Google. El cauce se identifica por el bosque de galería que va desde la Casa Popular hasta al Anillo Periférico. Debajo del periférico, ya entubados, se juntan las corrientes de los ríos San Jerónimo y La Magdalena, al que también se le reconoce fácilmente el bosque de galería que va casi paralelo al Anillo Periférico desde la Presa de Anzaldo, hasta que se pierde debajo del Periférico.

Esta situación se agudiza cuando llueve como ese 19 de julio, ya que a ese entronque de Héroes de Padierna y la calle “Río Chico” también llegan las aguas que fluyen por los carriles lados sur de la Avenida Luis Cabrera rumbo al Periférico, pero que “se regresan” en el retorno del bajo puente que está frente a la entrada principal de la Casa Popular, muy cerca del entronque con la Avenida Contreras. Aunado a lo anterior, el gobierno de La Magdalena Contreras construyó una bodega del servicio de limpia, haciendo uso del espacio generado con el entubamiento del Río San Jerónimo hasta la parte posterior de la Casa Popular. Esa edificación y el entubamiento también constituyen una barrera que impide el libre paso para la gran cantidad de agua que allí se concentra.


Sobre la fotografía de Google se han trazado flechas azules que señalan la dirección de los escurrimientos que fluyen sobre la carpeta asfáltica de la Avenida Luis Cabrera; así como por las calles Héroes de Padierna y Río Chico.

Este es el origen de la gran parte del agua que se acumuló frente a la Plaza Hidalgo, al grado tal que hubo carros que flotaron, mientras que otra parte del agua acumulada se introdujo a los estacionamientos de las plazas comerciales “Las Palmas” y “Lídice”, en tanto que otro bloque siguió el curso del río entubado, y se introdujo a la Casa Popular por la parte trasera que colinda precisamente con el “Río San Jerónimo”, alías “Río Chico”.

La Casa Popular resultó muy dañada durante la tormenta del día 19 de julio, la enorme cantidad de agua de lluvia se metió tanto por la parte posterior, como por su acceso principal en la esquina de las avenidas Contreras y Luis Cabrera. Algunos videos mostraban como gran cantidad de los escurrimientos bajaban las escalinatas, siguiendo la pendiente natural del terreno, dirigiéndose en todas direcciones buscando el cauce del “Río San Jerónimo”, por lo que tanto la alberca, como las canchas de futbol resultaron muy afectadas.

La Desaparecida Represa de la Joya

Por otra parte, con la construcción de la Avenida Luis Cabrera también se borró toda huella de otra pequeña represa que había sobre en el cauce del “Río San Jerónimo”, la que estaba aproximadamente a trescientos metros río arriba del espacio que hoy ocupa la glorieta de las quinceañeras.

Esa represa se ubicaba en el paraje conocido por los nativos de San Jerónimo como “La Joya”, esa construcción hoy estaría a la altura de los inmuebles situados en los números 204 y 207 de la citada avenida. Aún permanece la huella del relieve natural que definió el sitio ideal para la construcción de esa represa, ya que es notorio el abrupto cambio de la pendiente de esa vialidad.

La pequeña presa tenía un talud construido de mampostería, de un poco más de una decena de metros de alto, que iba de lado a lado de la barranca, esa construcción permitía almacenar cierto volumen de agua, pero su principal función era amansar las aguas broncas que en la temporada de lluvias bajaban por el Río San Jerónimo que, hay que recordar, es la continuación de la Barranca del Rosal que se origina en la Sierra de las Cruces.[8]

El Agua Siempre Reconoce su Cauce, a Manera de Conclusión

Los aguaceros extraordinarios generan escurrimientos tales que tienen la fuerza para arrastrar consigo autos, basura de todo tipo, hasta la cortina de presas, llevando consigo basura de todo tipo, pero lo  lamentable es que se llevan hasta personas. Esto me trae a la memoria un hecho trágico del qué, sin mayor detalle, a groso modo, lo recuerdo así:

Un día, en plena temporada de lluvias, el aguacero sorprendió a unos niños, quienes se refugiaron en el bajo puente de la vía de ferrocarril, a la orilla del Río San Jerónimo. Esa fue su trampa mortal; no terminaba la lluvia cuando a esos niños los sorprendió una desbocada avenida fluvial, la que sin freno alguno venía de río arriba que los arrastró consigo. 

A la mañana del siguiente día muchas personas voluntarias se dieron a la tarea de buscar sus cuerpos, para ello se revisaba el río, el Canal, y hasta de la Presa de Anzaldo. Recuerdo que en la presa sobresalían  "los hombres rana", buzos rescatistas de la desparecida Cruz Verde que participaban en la búsqueda. 

No recuerdo el año exacto de ese lamentable suceso, pudo haber sido entre 1965 y 1967, tampoco recuerdo si o hubo sobrevivientes o no, la cosa es que la curiosidad de mi padre y la mía nos llevó a recorrer el río, el canal y llegar a la Presa de Anzaldo. 

Sobre este mismo hecho, el 17 de diciembre de 2023, en una publicación de Facebook en la cuenta "Magdalena Contreras Historia e Imagen", dan el testimonio de Arturo Núñez, él afirma que 4 de sus amigos fueron los que fallecieron en esa ocasión, él señala que sólo salvó su vida uno de nombre Manuel, quien se sujeto de unos matorrales, tal vez haya sido de la jarilla que abundaba a la orilla del cauce; el sitúa esos lamentables hechos en septiembre de 1963, sin embargo no lo creo así, yo no estaba tan pequeño cuando eso ocurrió. 

En el caso de lo sucedido el pasado 19 de julio, que se registraron desbordamientos e inundaciones que afectaron el patrimonio de familias, se aplica exactamente el dicho popular que afirma “el agua siempre reconoce su cauce”, ya que a pesar de que el territorio se urbanizó y se ha borrado el paisaje original, que se conformaba, entre otros elementos por sus ríos; parajes, flora y relieve, las obras de entubamiento de los cauces no invirtieron el relieve, es decir no transformaron las barrancas en elevaciones, pues a pesar de que se construyeran el “Canal de Anzaldo”, la “Avenida Luis Cabrera”, el campo de fútbol de la presa reventada; los escurrimientos encuentran su cauce, y lo denotan aún mas cuando las lluvias son inusuales.

Conocer el relieve y, la hidrografía del pasado de los lugares hoy urbanizados, es necesario para entender cómo, dónde y por qué se concentran o se desplazan los escurrimientos pluviales, sobre todo cuando en lugar de infiltrarse salen por el alcantarillado, los respiraderos y bocas de tormenta, causando grandes afectaciones a la infraestructura y equipamientos públicos, lo mismo que a las propiedades particulares.

De igual manera, aunque le cambien de nombre a los ríos, arroyos y barrancas, el agua siempre fluirá hacía las partes más bajas y, de no encontrar una barrera que las estanque, como la bodega del servicio de limpia, estos escurrimientos continuarán su camino hasta llegar a su destino final.

No obstante lo anterior, las autoridades responsables de la nomenclatura bien harían en darle el nombre original, el que les corresponde, a las calles “Río Chico” y “Río Amazonas” por “Río San Jerónimo” y “Barranca de la Coyotera”, respectivamente, con ello se rescataría para la memoria colectiva el hecho de que esas vialidades están construidas sobre tramos de barrancas, lo mismo que edificaciones, incluso construido por la autoridad local.

Notas:


[2]  “Manifestación de Impacto Ambiental en su Modalidad Particular Para el Proyecto “Encauzamiento del Río Anzaldo”, San Jerónimo 1010” en la Delegación La Magdalena Contreras del Distrito Federal

[3] "San Jerónimo Aculco Lídice, Testimonios, Identidad y Memoria Colectiva de un Pueblo Originario de la Ciudad de México, INAH, 2024, México. 

[4] El drenaje del “Campo La Presa” se inauguró en octubre de 2010. https://infoanahuac.blogspot.com/2010/10/contreras-reinaguran-campo-de-futbol-la.html

[5] "San Jerónimo Aculco Lídice, Testimonios, Identidad y Memoria Colectiva de un Pueblo Originario de la Ciudad de México” op. cit., pág. 81.

[6] El primer nombre de esa vialidad fue “Paseo de La Magdalena” 

[7] Pequeña vialidad que tiene un aproximado de 60 metros de longitud que debiera llamarse “Río San Jerónimo”, ya que se encuentra justo sobre un tramo entubado del cauce de este río. El nombre “Río Chico” fue impuesto desde el escritorio, y sin una búsqueda de datos históricos, de otra manera se hubieran percatado que, a menos de un kilómetro, dentro del mismo territorio del pueblo, nace otra vialidad llamada “Río Chico”, cuyo origen de su nombre está ligado a la barranca de “La Coyotera”, ya que corre sobre una parte del cauce entubado de este río. Actualmente sirve de límite entre el Pueblo San Jerónimo Aculco Lídice y la Unidad Independencia.

[8] El 21 de diciembre de 2011, en el No. 2150 de la Gaceta Oficial del Distrito Federal, se le da el nombre de “Barranca de Anzaldo” a lo que en el siglo pasado se denominó Barranca de El Rosal y su continuación el Río San Jerónimo. Quizá con base en dicha publicación, vecinos del Pueblo San Bernabé Ocotepec también le denominan “Barranca de Anzaldo” a este mismo cause (Periódico La Jornada, 19 de julio de 2024, p. 32). De igual manera, posterior a 2013, en la “Manifestación de Impacto Ambiental en su Modalidad Particular Para el Proyecto “Encauzamiento del Río Anzaldo, San Jerónimo 1010” en la Delegación La Magdalena Contreras del Distrito Federal” se denomina Río Anzaldo al Río San Jerónimo. El Río Anzaldo, señalan expresamente en la página 1, también conocido como San Jerónimo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Rescatar de la Memoria los Ríos, Presas y Túneles del Pueblo San Jerónimo Aculco Lídice: A Propósito de los Desbordamientos e Inundaciones ...